La historia que quiero contar incluye a una gallina negra, un muchacho y dos viejas. La historia que quiero contar trata de resaltar un ambiente que hasta cierto punto conozco ya, pero en mi cabeza no logro perfilar, mejor dicho, perfilado ya esta lo que no logro es creatividad para que la gallina no muera aunque a alguien eso le divierta.
Que muera para hacerse caldo si así lo quiere, que muera para que en su magia crean, que muera para que las viejas ya no se vean, que muera la gallina negra.
La gallina que junto a otros personajes una historia trata de crear, crear la historia que a mí me gustaría contar. La historia de una gallina que por negra creyeron hereje convirtiéndola en un fuerte elemento de la magia en que mi paìs cree. La magia que a dos viejas distantes une, la magia que un jóven muchacho no quiere ver porque eso le implicaría sentir, sentir el momento de cuestionar todo lo que le presente la realidad que su madre se ha encargado de bastante bien enseñar.
Le han enseñado el mundo real, el que te limita la oportunidad de imaginar o alucinar. El que solo quiere razonar.
Creer que lo creado puede ser alterado. Alterado como las imágenes que poco a poco vengo recordando, recuerdo para formar la historia que quiero contar. Contar la historia de imágenes inter y extra relacionadas a cosas que todos de alguna manera vivimos en la cotidianeidad.
La historia de la realidad que al poderse fragmentar te hace pensar en las cosas que se pueden lograr, lograr una historia llena de vida y también de poesía. Vida y poesía que habitan en la negra gallina.
-Maíz-
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