Lumbre, encendedor o laira, da igual.

...La mitad femenina hace tintinear brazaletes de oro la mitad masculina esta adornada de brazaletes de serpientes la mitad femenina tiene ojos de amor la mitad masculina tiene ojos de meditación la mitad femenina tiene una guirnalda de flores de almendro la mitad masculina una guirnalda de calaveras de deslumbrantes vestidos está vestida la mitad femenina desnuda va la mitad masculina la mitad femenina es capaz de todas las creaciones la mitad masculina es capaz de todas las destrucciones... *Canto de la danza hindú.

Cuando llegó la invitación de colaborar con un grupo de colegas artistas a realizar una reflexión sobre nuestro género y nuestra relación con el genero masculino es que nació esta pieza que fue titulada como tal: Lumbre, encendedor o laira, da igual. Al hablar de igualdad de géneros solemos quedarnos por el suelo, así que decidí no concentrar mi reflexión en esa zona y trasladarme a una experimentación escénica en la que lo único que había para exponerse se encontraba en mi intimidad, así que me valí de ser mujer y de necesitar accionar para colocarme frente a los espectadores y seducirlos sutilmente pero con intensidad, hacia un lado de la reacción humana.

Prótegenos Simón, prótegenos de la mediocridad del mundo, de la estupidez. Prótegenos de las buenas intenciones, de los curas, de los medicos, de los ministros, de los padres, de todos aquellos que nos protegen. Protegenos Simón.

Protegenos de la salvación y de todas las cosas buenas de la tierra. De los que nos aman porque son esos los que más nos odian. Protegenos de nuestros hogares limpios, dignos y ejemplares. Protegenos de la salud, de la decencia, protegenos de la alegría. Protegenos de la fertilidad.

Aféitanos hasta los huesos y graba en ellos la inteligencia Simón. Libra nuestra mente de tópicos y concédenos el talento Simón. Alimenta pensamientos arriesgados y senderos impúdicos Simón. Siembra cerebros en los nudillos de nuestras manos y en la punta de nuestras lenguas Simón.