noviembre 16, 2010

30 de octubre en la mañana.


A veces pienso ¿Cuál es el mundo que nos queda por relatar?


La vida se transforma en sinrazones cada mañana, cada tarde, cada noche, cada insatante en que la confusión invade la mente. Ésta mañana decidí que quiero ser una persona útil, aunque sea para la documentación de un fragmento diario. De un fragmento lleno de locura inspirada en los malos goniernos, en las malas compañías, en los malos sabores que en ocasiones te deja vivir.


Me encuentro confundida, sin dirección hacia la cual canalizar mis sensaciones. Sin sentido para alterar mis sentidos. Con latidos. Con latidos que no son pulsaciones, sino nuevas ilusiones. Tengo un mundo maravilloso para poetizar y sin embargo no entiendo lo que es poesía, ni siquiera entiendo lo que es la vida. ¿Será eso de lo que todos hablan? En menos de tres meses tendré veinte años y aún no lo comprendo.


¿Vivir es compartir?


Quiero compartir ilusiones con mas gente que guste de ilusionarse. Quiero compartir sensaciones que mágicamente descubrí. La magia de los muertos que viven. La magia de los muertos que viven. La cultura que sobrevive al maltrato y vive en el paraíso de las fuerzas naturales, las fuerzas que una Tierra quiere dar. El inconsciente que provoca el regreso de mi identidad. La apertura de mi identidad. La identidad que perdí hace muchas generaciones.


Mi abuelo fue soldador hasta hace algunos años y piensa que mi tatuaje se ve mal. No es el tatuaje sino la mente, es la lucidez que un diseño Wixaxika puede reflejar de mi mente. Es el reflejo de que somos diferentes. Es el reflejo del tiempo que llevábamos en el no conocimiento. Es el reflejo de que hay alguien despierto.


Me encuentro confundida por no saber hacia dónde dirigirme, no por no saber quién soy. Me encuentro confundida en el mundo que me gusta relatar. Me encuentro confundida en la vida que me gusta disfrutar.


"No es lo que digo que es, sino lo que callo para ser." (Fragmento No Es. Maíz)


Maíz

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